21/4/10

Crecer

“Con el tiempo, nuestro barrio se fue transformando. Bastó que pusieran luz eléctrica, que el servicio de agua potable se regularizara, para que las casas comenzaran a brotar de la tierra, como yerbas de estación. Por todo sitio se veían obreros cavando fosas para los cimientos, levantando muros, armando los encofrados. Los corralones fueron demolidos, los terrenos de desmonte arrasados. La gente del pueblo huía hacia los extramuros portando tablones y adobes para armar por otro lugar sus conventillos. Las grandes acequias fueron canalizadas y ya no pudimos hacer correr sobre su corriente nuestros barcos de papel. La hacienda «Santa Cruz» fue cediendo sus potreros donde se trazaban calles y se sembraban postes eléctricos. Hasta la huaca Juliana fue recortada y al final quedó reducida a un ridículo túmulo sin grandeza, sin misterio.”

Fragmento del cuento Los eucaliptos, de Julio Ramón Ribeyro

La ciudad crece (junto a los bolsillos de los alcaldes), se abren paso las grúas y plantan fierros para las grandes estructuras. Crece Lima rumbo al cielo, en tanto sus placas lo permitan. Crece con el bullicio y con mi estrés.

Paseo Colón. Lima. Perú.

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