Y solo vio el programa una persona de la cuadra, que luego publicó en su Twitter lo más resaltante del audio (se volvió hashtag), conversó sobre el mismo con su vecino, discutió con su novio por lo que dijo un personaje, entonces buscó en Youtube y el fragmento del programa tenía ya innumerables visitas. Más tarde varios políticos se referían al tema. Salió una caricatura en el diario, fue portada en otros, los titulares de la radio lo repetían. Al otro día una elección se decidió.
La ola de información se había generado, quizá el punto de partida no fue el más visto, pero sí el más rebotado.
¿Cómo medimos eso con raiting? ¿Cómo (o por qué no) se mide la ola?
La cancelación del programa de Rosa María Palacios, suponiendo sea ésta por raiting, es lamentable porque es una generadora de información que puede cambiar el rumbo de una noticia. Pero eso, claro, no se mide.
(Arte: Braulio Morocho)