Fidel es la muestra viva de un sueño izquierdista de hace medio siglo. Mientras sentados en una mesa de bar algunos disertaban sobre la revolución, un hombre no solo hablaba de ponerla en marcha, sino que sus palabras no se esfumaron con cada sorbo de licor, Fidel lo hizo. Esta historia tan bonita del triunfo de la revolución devino en una dictadura, una torta con 50 velitas que a duras penas sopla ahora Fidel.
Finalmente son las bodas de oro, y de criticarlo y alabarlo ya otros se han encargado, este post sirve para ilustrar la vista desde la puerta de mi casa al cerro de El Agustino, que celebra con él aquel histórico levantamiento, para bien o para mal (quizás voy por el lado más pesimista), pero ahí el registro de unos simpatizantes del régimen o de la figura de Castro.
¿Más cerquita?
2 comentarios:
Ala que hinchas los que subieron hasta aquel cerro para poder escribir tremendo mensaje que ni el propio Fidel sabra.. en fin, eso se llama Fanatismo, pero uno mal elegido.
Saludos
pues, la Historia lo juzgará (¿?)
Publicar un comentario