Esto no es Pisco, es Lima.
Hace poco vimos a un Pisco que aún vive entre escombros, con carpas o chozas a medio hacer. Mientras remover los escombros se hace a paso lento en el sur, en Lima, destrozar veredas y pistas es una tarea de pasos acelerados, casi como en competencia de atletismo.
Caminar por aquel Jirón de la Unión -entre zapatos, vestidos, comida, muñecos y estampitas- puede ser un paseo de familia o entre amigos o solo. Luego darse un descansito en las banquitas de la Plaza -aunque casi todas están llenas- puede ser un respiro y seguir luego rodeando esa Lima de ayer, de ayer es solo un decir, el Centro sigue convocando multitudes.
Seguir la ruta Jirón y ver el Palais Concert con nostalgia por la frase de Valdelomar (o con nostalgia por lo que ahí era la disco Cerebro) y encontrar banquitas mientras se espera el taxi o simplemente dar un descanso a los pies, asentar el pompis en la banquita y esperar. Ahora esperamos entre veredas destrozadas. Y aunque, ver la vereda nuevecita será más rápido que reconstrucción en Pisco, Lima ha sufrido un terremoto de tractores y no es un castigo o mandato divino, es tan terrenal como la previsión de nuestros alcaldes
6 comentarios:
Otra raya mas al tigre de las cosas que quiere disque mejorar nuestro alcalde.
Saludos
Te doy toda la razón en esto de las calles. Hoy casi me quemo las tabas con brea en la Av. Arequipa!!!!!!
Saludos.
Ps: yo eliminé la entrada anterior, es q me había equivocado :)
Bere, si le habían hecho un favor sus padres...
Bueno, casi todos los días paso por ahí, así que, desgraciadamente, la costumbre se va creando.
Pero sigue tus pasos por Jirón para que veas el puente que inspiró a Chabuca Granda, lo que fue y lo que es ahora.
Sobre el Palais Concert...una terrible e interminable pena.
Maldito sistema capitalista que relega la cultura!!!
Gracias por los saludos y nos estamos leyendo. Juan Pablo Peralta
www.portaldelperiodista.blogspot.com
he llegado a idear la solución perfecta para la rápida gestión del arreglado de calles y demás jaranas; no sería mejor, si dentro de los "gastos operativos" de los regidores, alcaldes, presidentes regionales, ministros, congresistas, presidente de la nación y demás otorongos, metemos los rubros de construcción de vías públicas, colegios y demás obras. Así realizarían las licitaciones entre ellos y sus bolsillos, evitando así el gran elefante blanco de la burocracia.
Ay de mi triste y amarillo país..
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